Recientemente el Grupo 40 publicaba un manifiesto sobre la situación de la atención primaria y los cuidados enfermeros a la población en Madrid.

La Dra. Carmen Ferrer-Arnedo comparte con Enfermería Activa del Siglo XXI su análisis sobre el presente y futuro de la profesión enfermera, en un Año Internacional de la Enfermería marcado por la pandemia COVID-19.

 


 

¿Dónde estamos las enfermeras y enfermeros del siglo XXI, donde nos encontramos en el año 2020, el año declarado como el año del Nursing Now por la Organización Mundial de la Salud? En un año convulso por la pandemia del COVID, ¿Dónde estamos las enfermeras españolas y hacia donde se visualiza nuestro camino de futuro? Esta es la pregunta que alguien me ha pedido contestar y añadiría, ¿Dónde están los cuidados profesionales, los cuidados enfermeros en la estructura del sistema de salud actual? Parece que algo de ayuda nos daría una matriz DAFO para comprender algunos elementos que marcan y determinan esta situación.

La F de fortaleza, sin duda está en la formación y en la adquisición y consolidación de competencias. Solo es preciso mirar a las últimas generaciones de enfermeras y enfermeros que se encuentran trabajando en centros de salud, en hospitales, en el medio sociosanitario, en el mundo laboral, en las escuelas… y si miramos a nuestro alrededor mayoritariamente encontraremos profesionales competentes. Tal y como se evidencia ya en diferentes publicaciones como la de Dña. Nieves Lafuente y col, quienes en su artículo de Enfermería Clínica en 2019, ponían en valor que hay un amplio desarrollo competencial en las enfermeras andaluzas. Y podría extenderse esta evidencia a otros territorios. En nuestro país disponemos de enfermeras grados, enfermeras especialistas, enfermeras de competencia avanzada, enfermeras doctoras, enfermeras master… nunca hemos tenido más sólido nuestro campo de acción, más claro nuestro camino profesional, nuestra justificación social, nuestro conocimiento y su aplicabilidad.

Solo hay que mirar cualquier publicación de los grupos de investigación emergentes como el que coordina del Dr. Morales Asencio, para ver como existe evidencia científica sobre que aportación hacemos y el papel que juega la practica enfermera en la salud y bienestar ciudadano o sobre el pronóstico de la calidad de vida de los pacientes crónicos. Un ejemplo claro está en la revisión sistemática realizada por Morales Asencio donde se proponen modelos alternativos de atención a pacientes con insuficiencia cardiaca. Los resultados de esta revisión ponen de manifiesto las ventajas de invertir en cuidados enfermeros y como afectan su existencia o no en cuanto a reingresos, estancias y calidad de vida, todo al poner en marcha iniciativas basadas en la continuidad y el autocuidado lideradas por enfermeras.

La D de Debilidad, se podría construir a partir de las reflexiones que en artículos del año 1998 de Icart y de Alberdi donde ellas ya planteaba como la existencia de un lastre interno en nuestra capacidad de desarrollo como profesión y este lastre ellas lo vinculaban a:

  • La existencia de corporaciones enfermeras atomizadas y sin proyecto global, ni tampoco integrador o compartido.
  • También a la existencia de líderes reconocidos, pero solo en espacios concretos y la existencia de pocas enfermeras de reconocido prestigio, pero que además estas tienen poco reconocidos por las propias enfermeras.

La pregunta es si aquello que las maestras enfermeras planteaban en 1998 se ha cumplido, o continúa siendo un lastre y una debilidad, ¿Qué está sucediendo con este camino bloqueado para el desarrollo y el reconocimiento que parecía en los años 90 un camino tan claro? ¿Qué hemos hecho para derribar las barreras y ganar en influencia?

En el año 2019, la Dra. Alberdi publicaba en la revista Rol un artículo sobre las competencias políticas de las enfermeras, en este articulo plantea una importante reflexión y recomiendo aquí de paso su lectura. Sin embargo, para este texto me parece bueno extraer dos ideas, la primera que ella trajese de nuevo a la luz las palabras de Fry:” La responsabilidad social de las enfermeras es abrumadora”, y yo añado, también algo que Fry nos enseñó, “la enfermera debe ejercer su rol de abogacía de los pacientes”, idea sobre la que volveré más adelante y también, la otra idea, “acaso no estaremos llegando a la negligencia moral por no desarrollar la competencia que tenemos” y que daría respuesta a las necesidades de los ciudadanos, ideas sobre la que es importante reflexionar, pero de entrada, la pasividad se convierte en nuestra debilidad.

En cuando al entorno, la O de Oportunidad. Esta O es clara, las necesidades de las personas, de la sociedad visualiza las necesidades de cuidados, con la dependencia, con la vulnerabilidad, con la cronicidad, con el envejecimiento, con el autocuidado o la autogestión.

Existe evidencia científica suficiente que avala la práctica de cuidados enfermeros como esencial en la mejora de la calidad de vida y la seguridad de los pacientes, como servicios coste efectivos, como de gran valor ante las necesidades de la sociedad en materia de cuidados y de autocuidados.

Y finalmente la A de Amenazas, y esta tiene que ver con organizaciones que no considerar el cuidar enfermero como un servicio específico, sino como algo que hace todo el mundo y no requiere cuerpo de conocimiento propio. Las estructuras de poder niegan la especificidad de los servicios que prestan las enfermeras y enfermeros, no los definen como servicio autónomo.

Existe una vuelta de los sistemas medicalizados, con el COVID solo se habla de la falta de médicos, de una atención primaria sin rumbo, de la vuelta al hospital centrismo y a los sistemas tradicionales incrementalistas, lo que supone el dejar a los servicios enfermeros en la trastienda del sistema nuevamente.

Con este análisis ¿Qué está sucediendo? Si nos fijamos en lo que esta sucediendo ante la pandemia del COVID, las enfermeras no están participando en el nivel macro, no forman parte de los grupos de experto, y sobre todo no están participando en la organización de la microgestión. Esto trae como consecuencia que se deje de lado en trabajo con los pacientes crónicos, con la prevención, con la alfabetización en salud. Se está dejando de hacer actividad domiciliaria, apoyo a las personas que cuidan, seguimiento de la continuidad tras el alta hospitalaria. La organización del trabajo enfermero ha vuelto a una organización por tareas, por técnicas, de manera reactiva y no por población, por necesidades o de cuidados integrales.

El modelo que se ha puesto en marcha, no ha resultado eficaz y seguramente es preciso repensar esta manera de organizarnos. Aunque esta claro que para que los equipos de profesionales funcionen cada tipo de profesional debe de tener su propio modelo de organización de la actividad y no puede hacer o tener el mismo tipo de agenda un/a medico de familia, que un/a enfermero/a comunitaria o un/a pediatra.

Seguramente se hace necesario ser conscientes de la negligencia moral en la que caemos si no somos capaces de poner sobre la mesa del sistema que tenemos alternativas y estas pasan por:

  • Enfermeras participan de manera proactiva y en igualdad allí donde se produce la planificación de servicios.
  • Cada enfermera conoce a su población y debe de velar por los intereses de los pacientes que la han elegido.
  • Una organización de cuidados por necesidades poblacionales y no por tareas.
  • Un refuerzo de enfermeras, preferentemente especialistas para la vigilancia y en control de poblaciones vulnerables, no dejar que se nos catalogue de rastradores quitando valor a decirle a la población que somos enfermeras las que hacemos este trabajo.
  • Enfermeras comunitarias autónomas para la organización de sus agendas y de su actividad, por supuesto con capacidad de mejora para ganar en eficiencia.
  • Ganar en eficacia, con estrategias de telecuidado y de consulta telefónica proactiva a las poblaciones mas frágiles siendo capaces de realizar detección precoz de problemas, dando seguridad y confianza a los pacientes y cuidadores.
  • Apoyo en el medio sociosanitario y trabajo en común con las enfermeras de las residencias de mayores.
  • Prescribir Escuelas de Salud y utilizar la formación digital para el entrenamiento de pacientes, y personas que cuidan , siendo el referente de resolución de dudas en una estructura de empoderamiento.
  • Trabajar en la continuidad acompañando a pacientes y familiares dando seguridad y confianza.

Como decía Fry, la responsabilidad social de las enfermeras es abrumadora, solo hay que darle visibilidad, desarrollando estrategias de generación de confianza y seguridad y siendo capaces de poner en la mesa asertividad para decir: Aquí estamos nosotras y decimos así “no” , lo vamos a hacer como sabemos, así “sí” y solo desde el cuidado.

 

BIBLIOGRAFÍA

  • Lafuente-Robles N, Fernández-Salazar S, Rodríguez-Gómez S, Casado-Mora MI, Morales-Asencio JM, Ramos-Morcillo AJ. Desarrollo competencial de las enfermeras en el sistema sanitario público de Andalucía. Enferm Clin. 2019;29(2):83-9.
  • Morales-Asensio M, Gonzalo-Jiménez E, Martin-Santos FJ, Morilla-Herrera JC, Celdraan-Mañas M, Millan-Carrasco A. Effectiveness of a nurse-led case. Management home care model in Primary Health Care. A quasi-experimental, controlled, multi- centre study. BMC Health Service Research. 2008;8:193
  • Alberdi Castell R. La competencia política enfermera. Rev ROL 2019;42(1):22-30.
  • Coca Boronat E, Díaz Pérez MA, Lupiáñez Pérez I, Pérez Ardanaz B, Fuentes Ruíz JA, Morales Asencio JM. Prevalencia de diagnósticos enfermeros en pacientes crónicos en emergencias extrahospitalarias: mejorando la comprensión de la complejidad Emergencias. 2020;32(3):211-12.
  • Alberdi Castell R. Estrategias de poder y liderazgo para desarrollar el poder de las enfermeras. Rev ROL Enf. 1998; jul-ago:239-40.

 


Autoría: Carmen Ferrer Arnedo. Editora responsable: Verónica Tíscar.

Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés en relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.

Este documento debe citarse como: “Ferrer Arnedo C. Las enfermeras y los enfermeros españoles en el año 2020 [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 24 de septiembre de 2020. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”

Un comentario en «Las enfermeras y los enfermeros españoles en el año 2020»
  1. Buen artículo.
    Hay pocas enfermeras con perfil político, Carmen es una de ellas, su visión estratégica potencia que las enfermeras ocupemos puestos de decisión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *