Atención Primaria: tradicionalmente, donde se dice que las enfermeras van a jubilarse, porque allí no se trabaja.

La mayor parte de mi vida laboral la he pasado en centros de salud y en ninguno de ellos he comprobado esta creencia. Abarca la mayoría de las necesidades sanitarias de nuestros pacientes a lo largo de su vida, incluyendo la prevención, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos de todos los individuos. Aquí se cuida en todas las edades. Ves nacer, crecer y morir a tus pacientes.

Aquí es donde se hace la mayor de las prevenciones con la Educación Para la Salud, donde se controlan las enfermedades crónicas para evitar males mayores, donde se acude a domicilios para atender a pacientes gran dependientes, donde se realizan cuidados paliativos, donde se vacuna a niños y adultos y se enseña a los peques a ser adultos responsables (y de paso a los papás). Aquí es donde se implementan todos los niveles de prevención: primaria, secundaria, terciaria y cuaternaria. Siempre digo lo mismo: «el que no esté dispuesto a trabajar muy duro, que no venga a Atención Primaria».

Pero de repente un día toca frenar en seco y cambiar tus esquemas de trabajo. Todos. Y ¿por qué? Por un virus. Sí, por un virus. El causante de la última pandemia que ha conocido la humanidad. El SARS-CoV-2.

Literalmente, de la noche a la mañana, dejas de tener pacientes en consulta, dejas de hacer seguimiento tan exhaustivo de sus enfermedades crónicas, dejas de hacer talleres para educarlos en salud. De pronto, cambia hasta la estructura del centro de salud, dividiéndose en «zona limpia y zona sucia» para evitar contagios. Y sin ni siquiera saber gestionar un millón de protocolos que llegan nuevos cada semana.

Y si ni tú los entiendes, ¿cómo vas a hacérselo entender a los que no trabajan en salud? Atención Primaria asume el rol de prevención de la expansión del virus y el intento de su contención para no saturar más los ya de por sí saturados servicios hospitalarios, realizando un gran esfuerzo terapéutico por nuestra parte.

Desde hace siete meses, la Atención Primaria ha cambiado su metodología de trabajo. Se ha alterado su accesibilidad para dar prioridad a la avalancha de casos y detección de contactos sin descuidar la seguridad del resto de pacientes, ya que se nos han incorporado nuevas competencias como la realización de pruebas para el diagnóstico del SARS-CoV-2 de la población y el control y seguimiento de casos y contactos.

Y sumamos una dificultad tras otra. Te ves trabajando con bolsas de basura porque no llegan los EPIs (equipos de protección individual), para protegerte de un virus mortal. Y esterilizando una mascarilla quirúrgica durante cinco días, porque no hay. Y te das cuenta que te exigen cuidar, pero que no cuidan de ti. Y esto va mermando y haciendo mella al cabo de las semanas.

Estamos a final de septiembre y después de siete meses, mi percepción (muy personal), es que hemos vuelto a la casilla de salida. Con un agravante. Vamos camino de la época del año en que empiezan los constipados, las enfermedades respiratorias se agravan y vuelve la epidemia que nos acompaña todos los inviernos: la gripe.

No hay que perderla de vista, ya que si nos fijamos en datos de años anteriores vemos que ella sola es la causante de:

  • 10.000 muertes.
  • 4.300 ingresos en UCI.
  • 60.000 ingresos hospitalarios.
  • 1.000.000 casos confirmados en Atención Primaria.

Así pues vemos que la gripe constituye un grave problema de Salud Pública, ya que está asociada a una importante tasa de hospitalizaciones y mortalidad, así como una gran demanda de recursos en salud. Por ello, más que nunca, este año hay que incidir en la importancia de la vacunación antigripal, ya que el impacto de la vacunación en mayores de 64 años (por ejemplo), ha reducido:

  • En un 26% las hospitalizaciones.
  • En un 40% los ingresos en UCI.
  • En un 37% muertes atribuidas a la gripe.

Este año, como todos, hay que insistir en la vacunación de los grupos de riesgo:

  • Personas mayores de 65 años.
  • Personas menores de 65 que presenten alto riesgo de complicaciones por la gripe por presentar patologías previas.
  • Mujeres embarazadas.
  • Personas institucionalizadas.
  • Personas que pueden transmitir la enfermedad a aquéllas que son consideradas de alto riesgo.
  • Personal sanitario, bomberos, fuerzas de seguridad, personal de instituciones penitenciarias.

Hasta ahora nunca habíamos tenido un escenario en el que convivieran dos virus respiratorios tan virulentos para la población vulnerable. Ninguna comunidad científica se aventura a dar una predicción de las consecuencias de la convivencia de estos dos virus.

Gran parte de la población es susceptible al SARS-CoV-2 por lo que se teme que el estrés hospitalario sea muy importante si coincide en el tiempo el pico de circulación de ambos virus.
Y el estrés hospitalario, ya alcanza niveles históricos. Personal agotado, sin vacaciones, sin días libres, doblando turnos, de baja por contagio, sin recursos materiales y, a veces, sin experiencia en el servicio donde les ha tocado trabajar. Noches sin dormir, días sin ver a tus familiares y un sinfín de circunstancias personales que tienes que dejar de lado, sólo por el mero hecho de ser sanitario.

Así que ya se que yo sólo soy una humilde enfermera de Atención Primaria, pero desde mi modesto puesto de trabajo, este año sigo pidiendo con más fuerza si cabe, que nos vacunemos contra la gripe.

Si tú te cuidas, cuidas de mí. Y jamás dudes de acudir a tu centro de salud. Tu enfermera está deseando cuidar de ti.

 

BIBLIOGRAFÍA

 


Autoría: María Ramírez. Editor responsable: Gorka Vallejo.

Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés en relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.

Este documento debe citarse como: “Ramírez M. Atención Primaria, COVID y gripe [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 5 de octubre de 2020. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *