Los tres meses siguientes al final del verano vienen cargados de simbolismos contra el cáncer. En septiembre se celebra el día mundial de la investigación contra el cáncer, octubre es el mes rosa (por eso de la concienciación frente al cáncer de mama) y noviembre se transforma en MOVEMBER, que anima a movilizarse contra los cánceres masculinos.

En estas fechas, con cierta habitualidad, algunas asociaciones, como la AECC, adjudica ayudas para investigación con la enfermedad con el objetivo de «incrementar la supervivencia al 70%«.

Y es que, a pesar del aumento generalizado de la incidencia de tumores en el último año han sido varias las noticias que han notificado y aplaudido cómo la supervivencia al cáncer ha aumentado de forma considerable. Y atribuyen a la sistematización de programas de diagnóstico precoz (cribado) poblacionales uno de los mayores contribuyentes al aumento de estas cifras.

La tasa de supervivencia es un término epidemiológico que calcula la proporción de personas que continúan con vida después de 5 años tras el diagnóstico. Es un término que tiende a confundirse o equipararse con la tasa de mortalidad, que es la proporción de personas fallecidas por una causa específica en un año. Pero en realidad, pueden representar aspectos totalmente distintos: la mortalidad puede no disminuir a pesar de aumentar la tasa de supervivencia…

Hablar en términos de supervivencia en el contexto de cánceres para los que existe un programa de cribado es inadecuado y engañoso, al estar presentes tres sesgos importantes que parecen permanecer ocultos a la vista de mucha gente:

1) Los programas de cribado han contribuido a adelantar la fecha del diagnóstico. Mediante esta estrategia es posible detectar cánceres indolentes que existen en el cuerpo antes de que manifiesten síntomas. Es decir, son detectados en el periodo de latencia. Por lo tanto, cuanto antes se realice el diagnóstico, mayor será la supervivencia a los 5 años, aunque el desenlace final (muerte) sea el mismo. Adelantar el diagnóstico no siempre significa retrasar la fecha de la muerte. Se trata éste del sesgo de adelanto diagnóstico.

 

 

2) Por otro lado, las pruebas de detección precoz encuentran con más facilidad cánceres de evolución lenta y buen pronóstico que aquellos de evolución rápida y mortal. Al detectar de forma más habitual tumores de mejor pronóstico, existirá una tendencia a sobreestimar a su efecto en la supervivencia. A este efecto se le llama sesgo de la evolución de la enfermedad.

 

 

3) Pero el efecto más impactante es que a partir de los programas de cribado de cáncer se pueden diagnosticar tumores no progresivos que jamás hubiesen causado síntomas, y por tanto no hubiesen sido detectados de no ser por el cribado. A este hecho se le llama SOBREDIAGNÓSTICO. Y no, no son falsos positivos. Por el contrario, estos sí son cánceres de verdad, pero de progresión tan lenta que lo previsible es que la persona muera antes por cualquier otra causa. Y es que, desde el punto de vista histológico, es imposible establecer el pronóstico de un tumor: no sabremos si evolucionará de forma lenta o rápida.

La presencia de sobrediagnósticos durante los programas de cribado aumentará los valores del numerador y denominador en el cálculo de la tasa, conllevando a una falacia estadística en que se verá aumentada la supervivencia sin haberse modificado la mortalidad.

 

 

Tres sesgos simultáneos que inhabilitan la tasa de supervivencia como un marcador de calidad en materia de cáncer cuando existe un programa de diagnóstico precoz (aunque no es necesario que exista cribado. Cambios en métodos diagnósticos convencionales puede adelantar diagnóstico sin mejorar mortalidad). Pero lo que debe quedar muy claro es que aumentar la supervivencia no tiene por qué ser motivo de celebración (sino todo lo contrario) si no va acompañado de una disminución de la mortalidad.

 

 


Autoría: Sendoa Ballesteros. 

Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés en relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.

Este documento debe citarse como: “Ballesteros S. Por qué aumentar la supervivencia del cáncer no debería ser el objetivo. [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 15 de noviembre de 2021. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”

 

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